Florencia Bergallo, Cecilia Blanco, Belén Parra y Mariana Roveda trabajan en el campo de las artes performativas en la Ciudad de Buenos Aires. Con La Cuerda realizan proyectos que conjugan video, performance, instalación y fotografía.
 
 Conciben su práctica desde la horizontalidad, como lugar de transformación de los cuerpos, de la percepción, y de los vínculos con los seres y las cosas. La transversalidad, la autonomía y la relación sensual entre los cuerpos y materiales es lo que las ocupa. 
Las guía el deseo de cambiar las relaciones de creación, que es un poco también como querer cambiar algo del mundo. Por eso desarrollan un trabajo colectivo, donde la autoría no es realmente propiedad de ninguna. 
En sus modos de generar experiencias e imágenes buscan desorganizar el cuerpo y las referencias que los materiales traen poniéndolos en una relación que les permita agitar los sentidos y mover el peso de la mirada, que muchas veces opera como ancla de la cabeza/razón. Imaginan una mirada táctil que pueda tocar y ser tocada, una reciprocidad creativa entre lo que miran y los que las mira, miradas desjerarquizadas que las corran del mandato del logro. 

Su metodología se organiza alrededor de capas de lecturas y ediciones de materiales audiovisuales que generan en prácticas intensivas de auto residencia fuera de la ciudad por varios días. El encuentro entre sus cuerpos, los materiales plásticos y el espacio es el corazón de su trabajo.


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